viernes, 28 de mayo de 2010

Nota de pesca en kayak corregida y completa primera parte

PESCA EN KAYAK EN VILLA GESELL

A MAR ABIERTO Y FONDO DE ARENA

Índice de temas: Cómo elegir colores Cómo preparar el motor del kayak

Cómo remar en kayak Cómo informarnos del pronóstico y la marea en ese lugar

Cómo influyen los vientos Cómo navegar en el mar abierto

Cómo calcular la distancia de la costa Cómo prevenir situaciones de riesgo o peligro

Cómo preparar los accesorios para pescar en kayak

Cómo elegir colores

Cuando podamos elegir el color del kayak, del salvavidas, del traje de neoprene y

del remo, recordemos siempre que los colores más visibles en el mar, son: el rojo

el naranja y el amarillo fluo; y los menos visibles, que se mimetizan a la distancia, y por tanto los más peligrosos en un accidente: azul, gris, celeste y verde.

Cómo preparar el motor del kayak

En el mar, el motor de nuestro kayak, es nuestra capacidad y resistencia para remar. Lo ideal es que lleguemos a ser una máquina de palear con un ritmo constante y

haciendo cada vez mayores distancias. Cuando por limitaciones de trabajo o clima,
no podemos salir frecuentemente, conviene que hagamos ejercicios periódicos con pesas y aeróbicos para no peder la fuerza, el aire y la resistencia muscular.

Cómo remar en kayak
Los que nos acostumbrados a remar en botes, tendemos a recostarnos en algún
respaldo hacia atrás, poniendo las piernas estiradas y haciendo fuerza con los brazos
solamente, tirando del remo hacia atrás. Pero la posición en el kayak es diferente,
pues tenemos que poner las piernas medio flexionadas y los pies apoyados en un tope, con los talones juntos. La posición para remar, es inclinado hacia delante para hundir
la pala, tan lejos como podamos llegar, a fin de comenzar una remada larga y que termine lo más atrás posible. Con el remo hacemos largas brazadas como de crol, impulsando el kayak hacia delante con la parte de abajo del cuerpo. La tracción de la pala en cada brazada se transforma en avance, solamente a través del cuerpo. La
espalda no cuenta, pues la misma tracción tiende a alejarla del respaldo. Si el kayak
o tiene apoya-pies, para el largo justo de nuestras piernas medio flexionadas, hay
que poner uno, a fin de afirmar los pies, para que como dijimos antes, nuestros talones queden juntos y los pies en v. Hemos de quedar calzados dentro de kayak, para poder equilibrarlo y dirigirlo con la cintura y el balanceo de nuestro cuerpo.
Tengo un metro ochenta y dos, y piernas largas, pero como no lograba hacer tope
con los pies en el Atlanti K1 (en lugar de suplementar poniendo una apoya-pies de madera, goma o tergopol, como lo hacía al principio) he puesto una pequeña tabla de barrenar de niños (de tergopol de 8 cm. de espesor) atada y bien sujeta con un tensor
al tambucho, y entre éste y el respaldo del asiento. De esa manera, puedo llegar
bien con las piernas flexionadas, y lo que es mas importante, cargo mi peso
unos centímetros más adelante y cerca del centro del K1, y puedo afirmar mis
pies sobre la tapa del tambucho de proa, al poner los dos agarres salientes en posición vertical.
El remo debe ser empuñado de tal forma que las manos queden levemente más apartadas que el ancho de los hombros. Si empuñamos el remo más cerca de las
palas, tendremos mayor empuje, pero resultará más cansador.
Es bueno que podamos reconocer fácilmente cual es la posición ideal para tomar el remo, poniendo en el medio de éste, una marca, etiqueta o pintado, para reconocer
de inmediato como tomarlo bien, sin tener que estar mirando las palas.
Cada remada debe ser efectuada con ambas manos: una mano tira hacia atrás,
mientras la otra simultáneamente empuja hacia delante. El brazo que empuja hacia adelante ha de quedar casi completamente estirado. Se emplea la fuerza de los dos brazos juntos, y se hace la remada tan larga como sea posible, acompañando con un movimiento de cintura de giro del cuerpo hacia atrás. La pala se sumerge de forma
que la superficie del agua apenas la cubra y el mango de remo ha de pasarse rozando
los costados. Levantar el remo tipo molinete, empleando golpes fuertes, rápidos y cortos, resulta ineficaz y dañará los músculos de los brazos. Mejor es la remada lenta, rítmica y más larga, hecha con todo el cuerpo, de la cintura para arriba y acompañando con la rotación del tronco, cada remada. Además, cuando la remana sea hecha con fuerza y sincronización, sentiremos que esa potencia que ponemos en la pala, se
traslada al pie del mismo lado que presiona hacia delante, impulsando el avance.
Esto lo llamamos: “pedalear cada remada”, pues algunos de nosotros también
hacemos bicicross, y disfrutamos al trepar las olas pedaleando a toda potencia.
Cómo informarnos del pronóstico y la marea en ese lugar
Consultemos www.windguru.com/es para prever la velocidad y dirección
del viento (para ver la velocidad en Km/h cliqueá en nudos hasta que aparezca), y la altura y dirección de las olas en la localidad en que estamos parando. No es del todo exacto, pero nos advierte de situaciones que pueden ser peligrosas, por cambios súbitos de fuertes vientos que pueden llevarnos mar adentro, o paralelamente a la costa, o que
nos impidan avanzar remando hacia la costa.
Para saber el pronóstico de los próximos 10 días con sus posibles efectos sobre
nuestra salud, podemos buscar:
http://espanol.weather.com/weather/10day-Villa-Gesell-ARBA7165
Para conocer las mareas en esa localidad, podemos imprimir las tablas que están en www.hidro.gov.ar/ Para tener un paneo geográfico general de la costa en la que estamos, desde el satélite, podemos buscar en Google Earth.


Siempre que entramos al mar, lo hacemos habiendo planificado que vamos a hacer
tratando de prever todas las situaciones de emergencia posible, o si algo sale mal.
Cómo influyen los vientos
No es aconsejable navegar el kayak con vientos superiores
a 25 kilómetros, ni con olas de más de 1 metro de alto.
En tierra podemos calcular la velocidad del viento por su efecto:
10 km sólo se mueven las hojas de los árboles;
a los 25 km se sacuden las ramas;
a los 35 km se sacuden los arbolitos;
a los 50 km se sacuden los árboles y
hay riesgo de naufragio aún con embarcaciones mayores.
El viento produce las olas. Actúa sobre la superficie del agua moviéndola según su
dirección y fuerza. Si el viento es leve, variable o de corta duración, el movimiento
que trasmite al agua no será inmediato. Pero si el viento se pone fuerte, creciente y
se clava en una dirección, modificará el estado del mar rápidamente. Además el
viento, para transferir energía y movimiento a las ondas necesita espacio, por tanto,
si viene de la costa levantará menos olas, que si viene de mar abierto. Puede suceder,
que en el momento que navegamos tengamos vientos locales suaves, pero haya mar
de fondo y grandes olas que son el producto de fuertes vientos que soplaron en el
mar a muchos kilómetros de distancia.
Cuando estamos en el kayak mar adentro, podemos calcular la velocidad del viento:
Si no pasa 1 km el mar esta planchado.
De 1 a 5 km comienza a moverse, rizarse y formarse olitas.
De 6 a 11 km, se encrespa con serie de olitas pequeñas que no rompen.
De 12 a 19 km, las olas en serie con crestas aisladas que rompen.
De 20 a 28 km, olas que se inflan, se levantan con corderitos abundantes.
De 39 a 49 km, olas grandes puntiagudas, con crestas de espuma blanca.

Cómo navegar en el mar abierto
Cuando entramos y salimos del mar, lo primero que hemos de considerar es:
¿Hacia dónde va la corriente o deriva? (podemos preguntar a guarda vidas o surfistas)

¿Cuál es la dirección de las olas? (se ve a simple vista)
¿Cuál es la dirección del viento? (que para navegar con kayak, son vientos no fuertes)
¿Cuáles de estos movimientos son los más fuertes en este momento?
Para luego tratar de aprovechar al máximo el empuje que nos dan esos elementos
de la naturaleza. La táctica que seguimos, es tratar de poner en la popa de nuestro kayak, la mayor fuerza de empuje, ya sea de la corriente, las olas y la del viento.
O bien, la buscar la alianza y posible directriz de esos movimientos, para que nos ayuden a remar con menos esfuerzo y mayor rapidez en el desplazamiento.
Así, elegimos de antemano, cuál será la trayectoria y los cambios de dirección
que hemos de seguir para llegar a destino, no luchando contra la naturaleza,
sino aprovechando sus vectores de fuerza.
En aguas profundas, las ondas suelen ser sinusoidales, redondeadas y aunque a

veces son altas, no rompen y se presentan en largos intervalos. Éstas no constituyen peligro de vuelco y al remar podemos mantener un rumbo fijo.
Pero cuando las olas se vuelven más cortas, frecuentes y encimadas, y cada vez
más altas y puntiagudas, la cresta se curva hacia delante rompiendo, pudiendo volcarnos, o sacarnos del rumbo constantemente mientras estamos remando.
Con marea en bajante hay que tener mayor cuidado, pues las olas de mar adentro, pueden comenzar a inflarse y elevarse cada vez más, llegando a formar corderitos
en sus crestas y volviéndose peligrosas para mantener la estabilidad.
Y en bajante también, las olas se enrollan en forma de tubo, (aquí se las llama “olas chupadas”) se levantan en el escalón (donde comienza el segundo canal), rompen
sobre el banco donde hay poco nivel de agua, cayendo como guillotina, estallando
con gran ruido y salpicando fuerte, lo cual al salir con el kayak nos puede producir, vuelcos violentos y clavadas de punta. Son lo opuesto a las “olas gordas” que se
inflan suavemente y van rompiendo como desparramándose en espumones. No
subestimemos las olas gordas que vienen armándose de lejos, porque traen mucha
fuerza y cuando arremetemos para cortar el espumón, nos pueden hacer retroceder varios metros.
Cómo calcular la distancia de la costa
A 500 a 800 metros de distancia de la costa es donde por lo general, encontramos
la mejor pesca en kayak, en nuestras costas de mar abierto y arena. Actualmente,
las mejores pescas, las hago a más de 7 metros de profundidad a 700 de la costa.
Podemos calcular la distancia que tenemos con la costa:
a los 150 metros se ven los ojos de las personas como sombra o mancha
a los 300 metros vemos las manos y el óvalo de la cara;
a los 600 metros vemos las cabezas como un punto;
a los 800 metros vemos las siluetas de la personas pero no se les destaca la cabeza.
Las distancias parecen mayores cuando está muy nublado, hay bruma, o cuando hay mucha luz y mucho calor.

Cómo prevenir situaciones de riesgo o peligro
Sólo se aconseja salir a mar abierto en grupo. Un remero solitario en mar
agitado demuestra su imprudencia y pone en riesgo su vida y la de quienes
quieran ayudarlo en una emergencia.
Al salir al mar con el kayak conviene que avisemos a personas que estén en el
lugar de partida, diciéndole hacia donde vamos y a la hora aproximada que volveremos. Si hay personas que están en la playa vigilando que nadie se ahogue, avísales como son las señales de pedido de socorro desde un kayak con el pito:
tres silbidos cortos y fuertes; o con el remo tomándolo con las dos manos y levantando una de sus palas como una bandera en alto. El remo queda erguido, perpendicularmente al kayak y haciendo un movimiento giratorio y rápido.
Además es conveniente que llevemos el número de celular de los del balneario
de ese lugar y de los guardavidas para llamarlos en caso de necesidad.
Si en la playa hay mucha gente, en temporada alta, conviene que se ponga de acuerdo, para que cuando el guarda vida lo vea volver, lo ayude a traer el
kayak de atrás de la segunda rompiente, donde usted se bajará para evitar
accidentes en la rompiente, ya que el kayak cargado se pone muy pesado y
difícil de controlar.
Siempre cuidémonos de la insolación, de la hipotermia y del “mal del mar” (mareos o cinetosis) que son mucho más peligrosos, si tenemos algo de alcohol en sangre.
Si practica kayak es mejor que no tome. Es peligroso consumir alcohol u otras drogas, porque al mezclarse con la adrenalina que nos produce el kayak en el mar,
se hace un cóctel de falsa confianza, temeridad y falta de reflejos.
En las primeras salidas es inevitable la excesiva adrenalina, estado de agitación e hiperlucidez, que pueden persistir aún después de la excursión. Pero al salir varias
veces, tomando todos los cuidados, vamos ganando en calma, prudencia y
relajación, y podemos disfrutar cada vez más de la navegación y de la pesca.
Para entrar al mar, palear y salir, sobre todo cuando hay viento y grandes olas,
hemos de tener tranquilidad y paciencia. La impaciencia e impulsividad propia,
de nuestros compañeros de salida, o de quienes quieren ayudarnos, nos pone en
riesgo a nosotros y a ellos. Siempre tenemos que saber esperar con paciencia
(sin perturbarnos ni agitarnos y sin dejarnos perturbar por otros) el momento oportuno para entrar o salir.
Conviene que la noche anterior a la salida en kayak no tomemos alcohol, durmamos bien y al levantarnos no desayunemos con mate ni café pues sobre estimulan el sistema nervioso central, que ya estará suficientemente alterado al tener que percibir
en el mar movimientos muy complejos a los que no está acostumbrados (sobre todo
los de aceleración vertical).
Necesitamos tener concentración, lucidez, en paz y no estar excitados, agitados y ansiosos. Aunque tenemos que acostumbrarnos que en el mar, aún en las mejores condiciones, al salir con el kayak, vivimos una experiencia intensificada y extrema. Como nuestras reacciones en el mar, deben ser inmediatas, instantáneas,
el tiempo se nos extiende, se expande, porque nuestra conciencia se intensifica, concentra y amplifica y en tres horas de una salida, tenemos la sensación que hubiéramos vivido mucho más tiempo.
Cómo preparar los accesorios para pescar en kayak

1) Llevar atada a la proa un ancla paragüa de 2 kilos y medio, con 2 metros de cadena gruesa cromada y 20 metros de soga de nylon (se aconseja de 3 a 5 veces
la profundidad en que pescamos) que va sobre la cubierta en la proa, sujeta con fuerza
por una red de tensores gruesos (araña) o doble tensor chato que funciona como
un poderoso cinturón. La soga del ancla tiene que ser puesta en círculos iguales (en forma de lazo con brazadas largas) comenzando abajo con la soga atada a la proa, y arriba queda la cadena y el ancla cerrada, haciendo peso sobre el rollo. Este paquete nos hace un buen contrapeso sobre la proa. La red de tensores va pasado por los dos primeros imbornales para que no se caiga el ancla, la cadena y la soga en caso de vuelco.
Al llegar al lugar elegido, el paquete completo de fondeo, se saca siempre de los tensores que lo sujetan, hacia la proa, nunca hacia la popa, para que el kayak no
quede dando el costado a las olas y al viento.
En la soga que va atada al ancla, a los 5 metros (con ancla y cadena incluida), le puse
un empatillado hecho con un nudo corredizo de soguita de nylon color naranja, y
otro rojo a los 7 metros, para poder calcular rápidamente cuando bajo el ancla, cuál
es la profundidad de ese lugar (recordemos que en nuestras playas de arena y suave declive a los 500 metros tenemos generalmente 5 metros de profundidad)
También es necesario agregar un tensor grueso entre la proa y el cabo que viene
del ancla, como amortiguador, para que cuando estemos mar adentro, las grandes ondas o cambios de dirección de las olas, no nos peguen tirones bruscos que nos
hagan perder el equilibrio y puedan volcarnos.
Se puede agregar un “llamador” que es otra soga elástica, atada a metro y medio
del cabo que va al ancla y está atado al alcance de nuestra mano, para tirar de este llamador, cuando queremos comenzar a levantar el ancla. Esto nos puede parecer innecesario, hasta que tengamos que inclinarnos hacia la proa y estirar el brazo hasta llegar al comienzo del cabo, un día de viento fuerte y olas con rápidas subidas y
bajadas, donde cualquier pérdida de equilibrio nos produce un vuelco mar adentro.
Con tantas sogas, pitas y soguitas cualquiera puede pensar que terminaremos hechos
un matambre, pero vuelvo a repetir que somos tranquilos pescadores en kayak y no arriesgados pirueteros entre las olas.
Como la mayoría, tengo boyas pasantes amarilla y naranja de trasmallo donde comienzo a levantar el cabo del ancla. Si bien en el mar de fondo de arena, aún no
le encontré la utilidad que suele tener, en las emergencias que se dan en el río o en
fondos de piedra. Durante mucho tiempo no las use y no pasó nada, pero como
ocupan poco lugar, las puse para prevenir cualquier urgencia y poder soltarme de manera inmediata del cabo del ancla sin perderlo, pues las boyas mantienen a flote
y visible la soga que va al ancla.
Les doy el orden en que arme el aparejo completo de fondeo por si alguno le sirve.
Ancla, cadena, cabo del largo según la profundidad en que pescamos, nudo simple, boyas pasantes de colores bien visibles, atado a eslabón grande de cadena de plástico, enganchado a mosquetón de acero inoxidable con destorcedor, atado a soga elástica gruesa que sirve de amortiguador de olas, y también va atado a ese destorcedor el “llamador” del que ya hablamos. Al mosquetón lo engancho a un eslabón grande
de plástico bien visible, para hacer el desenganche fácilmente con una sola mano. Finalmente, la soga elástica gruesa va atada a la proa.

2) El uso de salvavidas es indispensable y obligatorio. No navegue en kayak sin
salvavidas. Lo más importante del salvavidas es que soporte más que nuestro peso,
y no sea incómodo para remar, pescar y nadar. Que cuando cerremos las presillas
los cintos no nos aprieten las costillas impidiéndonos respirar con libertad en la remada. Que si aflojamos las presillas, cuando flotamos en aguas profundas no se
nos suba hasta la cabeza. Este salvavidas conviene que sea de colores bien visibles
en el mar, con bolsillo delantero cerrado con velcro, o cierre de plástico reforzado,
en el que va adentro, atada con soguita extensible una tijera Rapala, que sirve para cortar rápidamente el multifilamento, y también la garganta de los peces que se tragan
el anzuelo. La tijera debe ser de acero inoxidable, fuerte y sin punta. Durante un
tiempo me resistí a llevar un cuchillo afilado de punta hasta que pesque grandes melgachos y cazones que no entraban en la pequeña cubierta del K1. Ahora siempre tengo el cuchillo en el tambucho bien enfundado y dentro de una bolsa Ziploc, sólo
para trozar los grandes peces que quiero llevar. Últimamente estoy usando (atada
con una soguita elástica y enfundada) una tijera Mundial Punto Rojo brasile
que es desarmable, y que se puede usar también como cuchillo, pinza, descamador
y destornillador. En el bolsillo delantero del salvavidas también llevamos un silbato náutico con brújula atado con otra soguita.
3) El tambucho es necesario para guardar lo pescado, pero cuidemos de no
recargarlo porque el kayak pierde estabilidad y queda con la popa más hundida y
la proa levantada, lo cual es de riesgo en un mar agitado. Para llevar mucho peso
es necesario suplementarlo con estabilizadores (que describimos más adelante).
Al volver con el kayak el tambucho tiene que estar reasegurado por varios tensores
y mosquetones, para que no se suelte ni se abra, si se da vuelta con el peso de lopescados.
Mientras estoy pescando dejo siempre la tapa del tambucho abierta para guardar
los peces sin lastimarme la mano al levantar la tapa con el pez vivo sacudiéndose.
4) Dos líneas “corredizas”, hechas con nylon 0.65 cada una con dos brazoladas
de 30 centímetros que terminan en ojal (para poder cambiar brazoladas con diferentes
tamaños de anzuelos) y con plomadas cucharita de 80 gramos, y no más de 100. Pues
si los peces no encuentran resistencia de plomada pesada, toman la carnada más confiados y no la escupen al sentir su peso.
Los mejores anzuelos que probé para este tipo de pesca son los japoneses:
OWNER 3/0 SSW modelo nº 5170-131 o 5115-131. Son muy resistentes a la corrosión, morrudos y de puntas trifacetadas y muy afiladas, que no requieren volver a afilarlas. Las dos líneas en uso las envuelvo en un mismo tergopol y adentro del bolsillo del salvavidas; y llevo otras 2 líneas enrolladas de repuesto dentro de la bolsa seca
junto con el Nextel, para no tener que estar lavándolas cada salida. También en una bolsita Ziploc llevo un pequeño tergopol con cuatro brazoladas que terminan en nudo ojal (para cambiarlas fácilmente). 2 son anzuelos nº 3 y 2 de pejerrey que sirven de
repuesto por si nos cortan alguna brazolada, o la tenemos que cortar nosotros, para evitar heridas.
Cada vez que salimos del agua salada, tenemos que lavar todo con agua dulce: kayak,
tambucho, carrito, mosquetones, remo, enseres de fondeo, cañas, reeles, líneas, traje
y botas de neoprene, salvavidas, tijera, sombrero y bolsa seca. Una vez que se secan
los anzuelos y reeles, los pintamos con WD-40. Es un ahorro tener una lata de 1 galón de WD-40, para ponerlo con un pincel en todas las cosas de metal que llevamos. Antes
de enrollar la línea para la próxima salida, conviene revisar con un cuentahílos
potente lente de aumento, la punta de los anzuelos.
5) Generalmente, uso dos cañas enterizas de 1.80 metros, pues las de 2.10 hacen demasiada palanca al pelear con los grandes y son mas incomodas por el poco espacio en que nos movemos. Prefiero que la punta de la caña sea semi rígida para poder controlar mejor a los peces de mayor tamaño, cuando hacen corridas y se van debajo
del kayak o hacia el cabo del ancla. Es importante que los pasahilos no sean grandes para que no molesten al remar, sobre todo a la pala derecha (que es la que da dirección
y hace más fuerza) pues la mayoría llevamos las cañas sujetas a estribor. Cuando elijamos las cañas, también fijémonos que la terminación del mango pase por los imbornales, para poder usarlos como posacañas. Y es importante, que tengamos en cuenta si en el
portareel entra y se ajusta bien el reel que vamos a usar (por ejemplo, a los Bacota hay
muy pocos portareeles capaces de sujetarlos). Generalmente no encuentro cañas de 1.80
con todas estas características, por eso he optado por sacarles unos centímetros de punta, a las de 1.95 o de 2.10 que sí hay más variedad. Así la puntera queda también más rígida. Uso dos reels Escualo Bacota (porque son sumergibles y fáciles de lavar)
llenos de grasa de litio, con carretel chico de casting o suplementado y cargado de
100 metros de multifilamento del 40. En días de abundante pesca, con una sola caña
es suficiente. Uso continuamente los reels sin el antirevers, para no ser sorprendido
por fuertes tirones y poder pelear dando hilo, pero cansándolo al ofrecerle constante resistencia. Cuando los peces son grandes y saltan mucho, o con aletas con púas, conviene levantarlos a la pequeña borda del kayak recién cuando están cansados
de luchar. En caso de un pez muy grande, si lo quiero traer, le ensarto la boca con
los dos anzuelos asegurados y ato la línea al costado en una de las sogas de nylon
para que quede atrás y al costado del kayak. Y sigo pescando con otra línea.
Algunos se ríen porque usamos reeles frontales con pasahilos de rotativo, pero les
recuerdo que desde el kayak no necesitamos lanzar a grandes distancias.

6) Las cañas se pueden agarrar del costado del kayak contrario al que usamos para
subirnos, con dos sogas elásticas que terminen en ganchos de plástico, que engancho
hacia arriba, para que sea mas fácil para sacar las cañas desde arriba. También se
puede agarrar el remo con otros tensores iguales del otro lado, pero que enganchen hacia abajo, lo cual me facilita su manejo cuando estoy en el agua abajo del kayak,
al entrar o salir al mar.
Mejoramos el manejo de las sogas elásticas con ganchos, si en lugar de engancharlas en los tensores que pasan por los imbornales, las enganchamos en un eslabón grande de cadena de plástico de color fluo. Lo importante es que podamos hacer movimientos rápidos, seguros y con una mano,
cosa que con el velcro y los broches no es tan fácil. De este modo, evitamos usar mosquetones costosos, su peso, su oxidación, y la dificultad que presentan los mosquetones a resorte, que se traban con el agua salada. Hay que llevar la menor ferretería posible.

7) Dos cajitas plásticas de tapa a rosca, con carnadas que guardo dentro del tambucho y sólo saco afuera una, cuando estoy encarnando. Llevo la carnada en
trozos pequeños. Preparo 1 kilo de anchoas por vez. A una anchoa (sin cabeza) mediana, cortada en tres trozos. Pongo esos trozos sobre una pila de papel de diario.
Los cubro con sal parrillera (preferible) o gruesa. Los doy vuelta y salo nuevamente. Les pongo otra pila de papel de diario encima. Los dejo así más de dos horas para que se deshidraten. Luego los guardo en el taper con más sal y los mantengo en la heladera. Los que saco para pescar y luego sobran, los vuelvo a guardar enseguida de la misma manera y no se alteran en calidad. Así pueden aguantar meses y se mantienen siempre frescos y bien armados. No ato estas carnadas, por eso el trozo será justo del tamaño
del anzuelo nº 3, y nada ha de sobresalir para que no nos descarnen fácilmente. Únicamente uso el hilo elástico strech rojo (que es el más resistente) cuando hay mucho descarne, como sucede en las épocas de transición. Entonces, llevo no uno sino dos carretéeles de este hilo por si se me cae uno, o se va por los imbornales. Con este tratamiento y conservación de la carnada, no tenemos ningún desperdicio y hasta las cabecitas y tripas de las anchoas las guardamos aparte con sal, para cebar. También
uso camarón fresco en sal parrillera pero frisado, aunque lo sacan más fácil y hay
que revisar las carnadas cada siete minutos como máximo por reloj.
Para la pesca variada se puede usar un rulero cebador como utilizamos en las líneas
de pejerrey de fondo, pero el cierre es preferible que sea a rosca y el tamaño del
rulero más grande.
Para la pesca de pejerrey es necesario llevar una lata de caballa perforada, o ceba
preparada y puesta en un recipiente agujereado y atado costado del kayak que vaya drenando poco a poco el aceite de bonito y restos de pescado desecho, para el lado
que va la corriente, donde dejaremos caer nuestra línea paternóster a un metro de profundidad. La línea conviene que sea hecha con nylon grueso del 60 de un color y brazoladas de 35 centímetros y de otro color, y el anzuelo atado con un nudo ojal. Uso una boya zanahoria y sólo dos anzuelos que penden de un balancín para que las brazoladas cortas no se enreden entre sí. Como la correntada suele ser rápida conviene que tenga una plomada que no permita que las carnadas se levanten a la superficie. Las carnadas para el pejerrey son tiritas de filetes finitas y angostas ya preparadas y saladas de magrú, dientudo, pejerrey chico, lisa. A veces, cuando hay grandes, conviene agregarle camarón.
Basilio Agustín Benítez

No hay comentarios:

Publicar un comentario